¿Sabías que la incomodidad puede ser tu aliada?
La incomodidad no nos suele gustar, aun cuando la vida es un cambio constante. Esto significa que van a llegar cambios, queramos o no queramos. De hecho, estamos cambiando cada día aunque no seamos conscientes de ello.
Para mí, la incomodidad consciente es decidir hacer algo aunque en un principio nos incomode o no nos guste. Sabiendo que gracias a esa incomodidad que estamos afrontando, nos acercamos más a nuestras metas, nuestros objetivos, a la vida que realmente queremos. Con la incomodidad, además de prepararnos para el día a día en la vida, entrenamos el hábito de la decisión, nos preparamos para afrontar cualquier cambio inesperado, crecemos, nos expandimos, nos volvemos más flexibles, aprendemos a gestionar nuestros pensamientos y emociones entre otros beneficios.
Es muy importante entrenarnos y entrenar nuestra mente cada día para la incomodidad, Acostumbrarla a que si le digo que quiero hacer algo a pesar de los posibles miedos, lo hago y punto, aunque me cueste. Al hacerlo, estamos entrenando nuestro músculo de decisión, desarrollamos nuestro poder mental, enfoque, gestión emocional , desarrollamos nuestro poder interior y cada día dirigiremos más las riendas de nuestra vida hacia la vida que merecemos.
Por otra parte, si no afrontamos la incomodidad y huimos por el posible dolor o miedo. ¿En qué me estoy volviendo experto aunque no sea consciente de ello? ¿Quién o qué está dirigiendo mi vida? ¿Cuál es el resultado de mi vida?
Por ello te pregunto:
¿Qué es más inteligente? ¿Entrenar la incomodidad decidiendo uno mismo con situaciones diarias incomodas o esperar a que llegue a nuestra vida una situación que nos incomode y no sepamos gestionar ni resolver?
Te hago el siguiente planteamiento:
¿Y si entrenas la incomodidad consciente cada día poco a poco?
¿Qué pasaría?
¿Qué posibles beneficios obtendrías?
¿Cómo cambiaría tu vida?
¿Cuál sería el resultado de tu vida?
Si quieres que te ayude a contestar estas preguntas, puedes contactar conmigo
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